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Sofia Colmenares

FCCI Conversation Series: Colombia, Nawin Maku

Updated: Feb 2, 2022



[English translation below]


En el marco del programa Latin American Cultural Exchange Fellowship Colombia, Sofia Colmenares del Fine Cacao and Chocolate Institute (FCCI) lideró una serie de entrevistas a productores de cacao, productores de chocolate, chefs chocolateros, e investigadores, entre otros actores que participan o colaboran con la industria colombiana del cacao y el chocolate. En conjunto proporcionan una imagen inclusiva de la industria del cacao en Colombia; lo que conllevo a dar visibilidad a personas que no han sido consideradas en la narrativa, enfatizar la importancia de reconocer la calidad del cacao colombiano y revalorar la relación entre el cacao con la historia, el patrimonio y la cultura de Colombia. Las entrevistas han sido transcritas con el objetivo de compartir los aspectos más relevantes con los lectores de este blog.


Conoce aquí a Nawin Maku- Asrudbal Torres Torres (Representante legal de Ywawika)


Primera memoria del cacao: cuando tenía ocho años conoció al cacao, como una fruta silvestre que su tío empleaba para atraer y cazar animales.

Miembro del pueblo Tayrona Arhuaco de la Sierra Nevada de Santa Marta, Colombia, Maku cuenta de un pueblo caracterizado por su arraigo a las tradiciones ancestrales. Luego de completar sus estudios en derechos humanos en la University of Human Rights de Ginebra, Suiza y en derechos humanos sobre la educación en la Universidad de Deusto en Bilbao, España, Nawin Maku representó a las culturas indígenas en la UNESCO en París y en las Naciones Unidas en Nueva York. A raíz de estas experiencias, Maku se interesa por el desarrollo de economías propias y en el ejercicio de autonomía por medio del comercio, como rubros que pueden apoyar el bienestar de los pueblos originarios. Motivado a salvaguardar las áreas protegidas de los pueblos indígenas, en especial de intereses privados, Maku produce chocolate bajo el auspicio de la marca Ywawika, que en la lengua arhuaca significa corazón.


El pueblo arhuaco padeció una pérdida completa de tradición alimentaria y espiritual en el momento de la conquista española, todos se desplazaron en la zona inhóspita con el fin de protegerse causando entonces el abandono del cultivo del cacao y la pérdida de cultura. Para colmo, la recopilación de la historia del cacao en Colombia ha sido enmarcada bajo una visión eurocentrista que elude el legado del pueblo arhuaco. Maku anhela que los pueblos autóctonos reconozcan la importancia del cacao y la fuerza que tiene para poder recuperar la conexión que han perdido con su tierra. El cacao, cree el entrevistado, es parte vital de la defensa de la Sierra Nevada. Por medio de sus vivencias personales, enraizadas desde su compromiso con Ywawika, Maku ha desarrollado una conexión personal con el chocolate. En momentos en que se dedica a hablar o escribir, nota la necesidad de sentir el chocolate en su boca; el chocolate lo ayuda, impulsa y concentra. Celebra los esfuerzos de reivindicación del cacao en la comunidad, extendiéndose ya un poco más de una década; los niños y los mayores se reúnen para preparar una bebida de chocolate al fuego de leña, pelando el cacao con sus dedos y moliendolo con el molino. Poco a poco, Maku puede decir “misión cumplida.''


Nawin Maku desea agradecer especialmente y destacar la labor de:

  • Danielle Deskirre (Origen Cacao)

A continuación, seleccionamos fragmentos de la conversación con Manlio Larotonda para resaltar detalles previamente relatados. Algunas respuestas han sido ligeramente editadas, con autorización del entrevistado, por motivos de claridad y comprensión escrita.


Sofia Colmenares: Empieza por todo este tema de querer defender y proteger el territorio de la Sierra Nevada, ¿cómo se relaciona esta misión con el nombre de Ywawika? Es decir, ¿cómo representa este nombre su misión de proteger la Sierra Nevada?


Nawin Maku: Tiene una inspiración muy bonita, como la Sierra Nevada es el centro de motor que distribuye energía del equilibrio y la armonía. Desde que nací, de los viejos y de los mayores siempre he escuchado que es un punto energético donde toca cuidar el equilibrio y la armonía para la humanidad, entonces siempre hablaba de que ese era el corazón del mundo, entonces me pareció muy bonito. Siempre escuchaba de que hay que prestar servicio, que hay que hacer desde el corazón, (...) entonces pensaba que ese nombre pues podría ser justo para poder servirle, servicio de la Sierra, cómo servir desde el corazón. Que todos los productos eran considerados un servicio desde el corazón y que a través de ese servicio, que está materializado a través del chocolate y del café, pues todo eso iba integrando energía, energía del equilibrio y la armonía. A través de eso la Sierra iba a tener muchos amigos, eso fue lo que pensé, amigos que eran defensores de la Sierra Nevada.


SC: ¿Cuál fue la razón por la cual tomó la decisión de asociarse con el cacao y el chocolate para lograr ese objetivo de defender a la Sierra Nevada?


NM: Siempre el pueblo arhuaco hablaba de defender el territorio. Siempre sentí que teníamos mucha dependencia de instituciones, de ONGs y otras entidades para poder hacer las cosas. Entonces mi política, pues quería cambiar un poquito, no quería esperar a alguien para poder actuar, sino que con lo que yo tengo debo de actuar y ese es el ejercicio de autonomía. Entonces primero hice la contabilidad, ¿qué es lo que tengo para yo pensar el ejercicio de autonomía? La Sierra Nevada ahí está, entonces lo que encontré fueron esos productos. (...) En el marco del ejercicio de autonomía, necesitaba autosostenibilidad, algo sostenible en el tiempo y lo que encontré fue esos sus productos, (...) lo que nosotros tenemos es cacao, tenemos aguacates, tenemos mochilas, entonces vamos a organizar con esos productos y vamos a mejorar la calidad de vida, pero también vamos a gobernar con nuestros propios recursos.


SC: ¿En dónde empieza a aprender los procesos para preparar el chocolate?


NM: Bueno, como yo tengo cacao en la finca, en las tierras con la familia, empezamos a hablar, investigar, estudiar y me fui para Medellín a conectarme con algunas amigas que tenía confianza. Primero pues pensé en venderlo, que me compraran a buen precio porque había investigado y que yo tenía cacao bueno, y quería elevar el precio. Entonces lo lleve para Medellín (...), lo lleve, experimentamos y pasó la prueba y fue aprobado, le gustó a la señora entonces ahí nos asociamos. Una señora norteamericana que se llama Danielle Dekiserre. Ella una vez me propuso, “pues yo tengo la fábrica, y usted tiene el producto entonces podemos hacer alianza”.


SC: ¿Cómo ha logrado involucrar a más personas de la comunidad en el proyecto?


NM: realmente somos 800 miembros de la comunidad y yo soy como el dueño de la orquesta de chocolates. Si, si. Siempre he pensado que lo que yo hago es de alguna manera muy práctico, pero también muy pedagógico, porque no estoy pensando como enriquecerme, sino que primero quiero enriquecer en el conocimiento para que se mejore la calidad de la comunidad, entonces permanentemente hacemos reuniones de cómo hago las cosas, por donde hay que pensar, entonces pues ese es un servicio de Ywawika que se hace. Hasta he comprado tierras para la comunidad, entonces a mí me satisface muchísimo porque en 3 años pues compré tierra de como primer intento.


SC: ¿Hay alguna otra cosa o algún otro aspecto de este proyecto que a usted lo enorgullezca así?


NM: Bueno, podría haber mucho. (...) a mí me da mucho gusto ser de la Sierra Nevada y que estoy aprendiendo a clasificar los chocolates, a hacer las cosas bien y que haya logrado comprar, o sea mostrar cómo se puede hacer a partir del producto ampliar los territorios, o defenderlos. O sea se está concretizando y hasta el momento, pues yo no he visto una experiencia así, para mí es algo muy novedoso.


Para consultar la transcripción de esta entrevista en español, haga click aquí. El Fine Cacao and Chocolate Institute (FCCI) y Sofia Colmenares (LACE 2021-2022) agradecen la participación de Nawin Maku por su invaluable contribución a este proyecto de investigación.


 

Within the scope of the Latin American Cultural Exchange Fellowship Colombia, the Fine Cacao and Chocolate Institute’s (FCCI) Sofia Colmenares spearheaded a series of interviews with cacao producers, chocolate makers, chocolatiers, and researchers, amongst other stakeholders, that participate in or collaborate with the Colombian cacao and chocolate industry. As a whole, they provide a detailed review of the cacao industry in Colombia; this was achieved by providing visibility to people generally dismissed in popular narrative, emphasizing the importance of recognizing the potential quality of Colombian cacao, and reevaluating the relationship of cacao with Colombian history, heritage, and culture. Interviews have been transcribed with the objective of sharing the most relevant information with the readers of this blog.


Next, meet Nawin Maku- Asrudbal Torres Torres (Legal representative of Ywawika)


First memory of cacao: When he was eight years old he saw cacao for the first time, his uncle used it as a wild fruit to bait and hunt animals. 

As a member of the Tayrona Arhuaco indigenous community of the Sierra Nevada de Santa Marta, Colombia, Maku acknowledges his community’s deep-rooted connection to ancestral customs. After completing his studies in human rights at the University of Human Rights in Geneva, Switzerland, and in human rights in education at the University of Deusto in Bilbao, Spain, Nawin Maku represented indigenous groups at UNESCO in Paris, and at the United Nations in New York. Inspired by these experiences, Maku became interested in the development of self-sustaining economies and in the exercise of autonomy through commerce, as a vision to support the wellbeing of native communities. Motivated by the desire to preserve the areas protected by indigenous communities, especially from private interests, Maku commercializes chocolate under the brand Ywawika, named after the word heart in his native tongue.


The Arhuaco community experienced a near-complete loss of gastronomic and spiritual tradition at the time of the Spanish conquest. They were forcefully displaced to an uninhabited area in order to protect themselves, leading to the abandonment of their cacao trees and to the loss of cacao-related culture. Adding insult to injury, the documentation of the history of cacao in Colombia has been approached from a Eurocentric perspective, which has yet to fully acknowledge the legacy of the Arhuaco community. Maku yearns for native communities to recognize the importance of cacao and its imminent potential in allowing them to recover the connection they have lost to their lands. He regards cacao as a vital component in the defense of the Sierra Nevada. A connection to chocolate has blossomed as a result of his personal experiences, guided in commitment to Ywawika. At times when he is engaged in writing or speaking, he observes the need to feel a piece of chocolate in his mouth; chocolate helps him, strengthens him and centers him. He salutes all efforts to vindicate the role of cacao in the Arhuaco community, going back around one decade; the young and the elders gather to prepare a chocolate drink over a wood-lit fire, peeling cacao with their fingers and grinding it by hand. Little by little, Maku finds that he is able to say “mission accomplished.”


Nawin Maku- Asrudbal Torres Torres hopes to give special recognition and highlight the work of:

  • Danielle Deskirre (Origen Cacao)

We have selected fragments of our conversation with Nawin Maku to highlight them below. Some answers have been modified slightly, with authorization of the interviewee, for clarity and written comprehension.


Sofia Colmenares: You started on the basis of defending and protecting the territory of the Sierra Nevada, how do you relate this mission to Ywawika? In other words, how does this name represent your goal of protecting the Sierra Nevada?


Nawin Maku: It has a very pretty inspiration, based in that the Sierra Nevada is the motor center that distributes the energy of harmony and equilibrium. Since I was born, I have always heard from the elders that it is a point of energy where it is important to care for the equilibrium and harmony of humanity, so they always referred to it as the heart of the world, and I thought that was very beautiful. I was always being told that you have to be in service, to act from your heart (...) so I thought this name was appropriate to serve it, to serve the Sierra, like serving it from the heart. For all of the products to be considered a service from the heart, and that via this service, which materialized itself in the chocolate and coffee, I would integrate energy, energy of harmony and equilibrium. Through this, the Sierra Nevada would find many friends, that’s what I thought, friends to defend the Sierra Nevada.


SC: Why did you make the decision to fulfill this objective through working with chocolate and cacao?


NM: The Arhuaco community has always spoken of defending the territory. I always felt that we were too dependent on institutions, like NGOs and other entities, when we were trying to get things done. My policy was to try to change this a little, I didn’t want to wait for someone to start executing, rather I felt I should execute from what I already have, and this was my exercise in autonomy. I started with considering, what do I have to facilitate my exercise in autonomy? The Sierra Nevada is there, so what I found were those products. (...). Within the scope of my exercise in autonomy, I required self-sustainability, something sustainable over time, and what I found were those products (...) what we have is cacao, we have avocados, we have mochilas (traditional Arhuaco bags), so let’s organize these products and improve the quality of life, but let’s also lead with our own resources.


SC: Where do you start learning about how to make chocolate?


NM: I have cacao in my farm, in my family plot, so we started to talk, investigate, study, and I travelled to Medellin, to speak with a trustworthy friend. At first, I thought about selling the cacao, selling it at a good price because I had done some research which showed me I had good cacao, so I wanted to raise my prices. So I took it to Medellin (...), I took it there, and we did some experiments, it passed the tests and got approved, my friend liked it so we started a partnership. With a North American woman named Danielle Deskirre. She proposed “Well I have the factory, and you have the product, so let’s make a partnership”


SC: How have you engaged your community in your project?


NM: There are about 800 people in my community, and I am like the conductor of the chocolate orquestra. Yes, yes. I’ve always believed that what I do is very practical, but also very pedagogical, because I am not aiming to get rich, rather I am aiming to enrich my knowledge so that I can improve the quality of life of my community. We are permanently holding meetings where I share how I do things, how I think about things, so I feel that this is a service from Ywawika. I have purchased land for the community, which I find incredibly satisfying, as I managed to purchase land after 3 years.


SC: Is there anything else about this project that you are especially proud of?


NM: Well, there could be a lot. (...) I am very pleased to be native to the Sierra Nevada, and that I am learning to classify the chocolates, to do things properly, and that I have been able to purchase, I mean to show how through my products we have extended our territory to defend it. This is materializing, and it is my first time witnessing a project like this so I feel it is very novel.


To read the full transcript of this interview in Spanish, click here. The Fine Cacao and Chocolate Institute (FCCI) and Sofia Colmenares (LACE 2021-2022) are grateful for Nawin Maku’s participation and invaluable contributions to this research project.

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